13 de agosto de 2013

del día de la madre


Yo no he tenido experiencia con bebés, debido a eso, aprender a cuidar al Matías no fue algo fácil, como ya conté yo lloraba mucho y él también, ahora sé que ese llanto era necesario porque significaba la curación de algo viejo y el comienzo de algo nuevo.

No me vuelto jipi ni mucho menos desde que el Matías llegó, sigo creyendo en el comunismo y en la mirada política de nuestro animal humano, pero desde que el llegó se rompieron demasiados cristales alrededor, se cerraron costras, se pudrieron ideas y se enarbolaron días más simples, cimientos más fuertes.




No entiendo el feminismo que me habla de descuidar a la familia para reivindicar los derechos de la mujer, en verdad, nunca me gustó la palabra sacrificio, ni dentro de una organización, ni como  significante de algo importante, las cosas se hacen con cariño, tomar un arma o acoger a un bebé se lo hace con convicción y con alegría.


Mi historia personal, la lucha con mis demonios internos ha sido resultado de muchos vacíos que yo tuve de niña, y cómo dice el buen Jodorowsky el amor que uno no tiene de niño nunca lo recupera y sólo puedes ofrecérselo, bajo ese pensamiento, le crío al matías, aprovechando de aprender con él otra vez el mundo, así, desempleada, pero con todo el tiempo para él, cansada a ratos, medio loca, pero profundamente enamorada, jodida pero contenta.

Vuelvo a lo del feminismo, porque he escuchado a muchas voces diciendo que estar todo el día en casa cuidando a un hijo es una cadena más del patriarcado, y que la mujer debe realizarse, entonces yo me pregunto, si la prioridad no es ese ser chiquito, indefenso que sólo quiere estar en los brazos de la mamá, ¿por qué alguien tiene un bebé? si yo sé que suena duro, yo tampoco pretendo que la mamá esté el cien por ciento del día con su hijo y que renuncie a todo su yo, pero veo a gente que se dedica cinco años a una carrera, o 10 horas al día a su trabajo y a los tres meses con un bebé está cansada y quiere volver a trabajar.

Yo mismo muchas veces he querido salir corriendo, he querido como antes desaparecerme tres o cuatro días, porque el lazo con tu hijo es sumamente demandante e intenso, y por eso hace falta tener valor, hace falta lavarse bien por dentro de nuestro miedos, pero por qué no podemos darle a ese pequeño uno o dos años de nuestra vida sin hacer nada más que estar con él. Acaso el mundo no puede esperarnos, acaso nuestros sueños profesionales se van a la mierda por uno o dos años, tenemos un bebé para verlo dos horas antes de ir a dormir, eso está bien?

Tenía muchos camaradas que decían que la organización era más importante y necesitaba más de ellos, sus hijos ahora están más grandes y pienso que si sólo un año se hubiesen dedicado a ser papás a tiempo completo no hubiera pasado nada, no somos tan importantes y no es tanto tiempo.



Ahora el Matías ha cumplido nueve meses, lo veo gateando todo el día, el pasa gateando y yo a veces gastando tiempo aquí en la compu, pero siempre juntos, me despierta con su manita que a veces mete en mi ojo, y sonríe cuando le canto ratoncitos, quiere ir por todo el mundo, quiere estar todo el tiempo conmigo, odia las manzanas, es dueño de mis nuevos poemas y le gusta acariciarle a la ramona y al martín,

Tengo una prima de eeuu que como típica sobrina del tío sam me dice:
¡no duermas con él! ¡dale la teta cada tres horas! ¿cómo las mujeres pueden sacar el chucho en público? ¡déjale en el suelo que se va a acostumbrar a los brazos! ¡enséñale a dormir solo!, ¡llévale en coche, ese kunga te va a cagar la espalda!,  y como buena madre, sonrío, hago caso omiso a los consejos, le llevo a todo lado amarcado a mi hijo, (ese coche me parece lo más desapegado del mundo, aparte está muy abajo) dormimos juntos, todavía toma chucho y aunque parezca una mediocre ama de casa este tiempo de estar con mi hijo ha sido de enorme crecimiento emocional (y ya buena falta que me hacía)


feliz día si eres mamá!.

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