Antes que nazcas Matías, yo tenía un moisés prestado aquí al lado de mi cama, y de hecho ya habíamos comprado también la cuna, una cuna grande y bonita.
Había decorado la habitación con unos niños zapatistas y unos chanchitos, antes de saber que me mudaría del apartamento.
Cuando llegaste y después de las complicaciones, la primera noche te acosté en el moisés, según yo, como dijo el doctor, te despertarías cada tres horas, tomarías el biberón y te volverías a dormir.
Así no resultó, a veces dormías una hora, a veces dos, una vez tres, ¿qué estaba haciendo mal?
Tu papá te cogía y te acostaba sobre él, dormías mejor.