23 de julio de 2013

mamá sola


No sabía muy bien cómo poner este apartado, si ponerlo como Madre Soltera, porque no es que estoy casada y me divorcié, ni tampoco es que el Matías no comparte con su papá, simplemente no estamos juntos, y sí creo que es un factor importante en la vida del Matías y quería escribir varias cosas sobre este tema.

Hay cosas que uno no planea, y creo que ser una madre soltera casi siempre es una de ellas, supongo que habrán muchas mujeres que deciden tener solas a un bebé, pero la mayoría, tenían pareja cuando concibieron, o cuando dieron a luz, la mayoría se divorció ya cuando el bebé tenía algunos años, o habían algunos bebés de por medio.

El papá del Matías fue mi novio como tres años, luego vinimos a vivir en la casa de mi madre temporalmente cuando nació y dos meses después, él se fue y yo me quedé.



Es difícil tener a tu hijo, y aguantar las malas noches, es difícil los primeros meses, yo creo que como a los ocho que es su grito chiquito de independencia, se hace algo más fácil, me refiero a menos cansado, pero hasta eso, bañarse es casi imposible, las primeras salidas son complicadas, y los planes a veces desencajan.

Como por ejemplo cuando estás almorzando, puedes pasarle tu bebé a tu pareja para terminar de comer, no es que tus amigos no te ayuden, pero es más delicado, cuando estás sola no, las despertadas en la madrugada: quisieras que una de esas despertadas, tu pareja te ayude cambiando el pañal, quisieras que un sábado tu pareja levante a tu bebé a las siete de la mañana y lo lleve a jugar hasta las diez, quisieras que en los berrinches de mal genio de tu bebé, tu pareja lo lleve y lo distraiga, y en los berrinches tuyos, tu pareja pueda sostenerte.

Hubieron muchas noches en que amanecí llorando, extrañando al papá del Matías, y sentía que las fuerzas no me alcanzaban, días que empezaban a las siete de la mañana hasta las diez de la noche, sin pausa, sin nadie que le amarque al mati más que yo, y esos días eran agotadores.


Yo que estaba acostumbrada a las salidas los fines de semana me tuve que desacostumbrar a la fuerza, pero eso sí, lo calientito de la cama con el Matías quitaba el frío de las calles en la noche.

Definitivamente ser madre y no tener pareja no estaba en mis planes, pero tampoco estaba el colecho, y ha sido una de las cosas más hermosas que me han pasado, aprendí a ser feliz y me costó, aprendí a ser mamá y aprendí a ser feliz con mi hijo.

¿Tu estás sola o tienes pareja? ¿Crees que tu pareja hace bien su parte dentro de tu familia? 

2 comentarios:

  1. Hey tú!
    Creo que quienes hemos sido mamás, en algún punto del proceso y pese a cualquiera de las condiciones nos hemos sentido mamás solas, la maternidad es compleja.

    Te entiendo tan bien, yo pasé los 5 últimos meses de mi embarazo sola en el sentido más amplio de la palabra, sola con una panza en movimiento y la espectativa de cómo será tener un bebé, luego a pesar de tener el apoyo de mi familia y la ayuda ocasional del papá de la bebé pasé muchas tardes y noches con la bebé en brazos, llorando frustrada porque no sabía como cuidarla, pero el tiempo pasó y crecimos en paralelo y es sorprendente cómo somos capaces de cambiar tán drásticamente en tan poco tiempo, dejarnos de lado a nosotras mismas (aunque esto si que es discutible) para también y de paso dejar de estar solas,

    sentir que tienes un pedacito de carne que crece contigo igual vale todas las soledades juntas...

    ahora que estoy con el papá de mi nena e intentamos construir una familia sé que también en pareja se está a veces sola pero no es una queja, si reconozco que estar en pareja acolita full, me refiero a que esa cuestión de ser tú la madre, de ser tú el lecho del colecho, de ser tú quien alimenta, baña, cuida, protege, consuela, juega, educa termina dandote la visión de que estás sola en el proceso pero como diría alguna mamá de falda y bandera, ese es el lugar común de todas las mamás y nos da el privilegio de ser también el primer rincón donde se guardan nuestros guaguas, las preferidas já! :) Saludos. Lindo Blog

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  2. Si, qué bestia, es la plena, igual que el pedacito de carne que crece contigo vele todas las soledades juntas... no hay dónde perderse, leí por ahí que uno les enseña tanto a las niñas a que van a encontrar su media naranja que no saben que a veces lo que más va a terminar queriendo es su familia, a mi me pasó eso.

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